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Categoría: Economía Circular

La universidad y la economía circular

No cabe duda de que la economía circular es el modelo para hacer posible un futuro de abundancia y bienestar para todos. Gobiernos, empresas y organizaciones trabajan intensamente en todo el mundo para acelerar su implementación. A nivel individual aún hay mucho trabajo por hacer. El cambio de mentalidad que implica pasar de un modelo de “consumidor” a un modelo de “usuario” es algo que no se consigue solo con la fuerza de la ley o el impulso privado. No al menos al ritmo necesario. Además, este cambio solo será posible si existen los perfiles profesionales adecuados, por ello es clave la implicación de la escuela y la universidad desde el ámbito de la formación.

 

Universidad y economía circular

 

A nivel internacional, existen numerosas iniciativas como la de la deportista de élite, Ellen MCArthur, de la que ya os hablamos en este artículo y que con la fundación que lleva su nombre apuesta por maximizar el valor de los materiales. Ha firmado acuerdos con multinacionales como Google y su fundación es la co-creadora de un curso sobre economía circular en la Delft University of Technology. Otros centros de educación superior de Alemania contemplan en sus programas reglados formación en economía circular.

También en España ya hay varias universidades que han incluido entre sus asignaturas y programas de formación, créditos relacionados con el aprendizaje de la economía circular. El máster de Ingeniería Industrial de la Universidad de Sevilla incluye la asignatura “Economía Circular y Sostenibilidad”, la Universidad de Nebrija ha organizado diferentes jornadas sobre este modelo económico, al igual que la Universidad de Burgos.

Pero la que ha llegado más lejos ha sido la Universidad de Oviedo, que a finales del año pasado anunció que crearía la cátedra de economía circular con el objetivo de sensibilizar y formar en el ámbito de los residuos así como fomentar el I+D para su gestión.

También la Universidad de Santiago de Compostela ha dado pasos importantes con la creación del I Premio Internacional de Investigación en innovación y economía circular. Un galardón convocado en el marco del Máster de Desarrollo Económico e Innovación (DEIN) y financiado por la Diputación de A Coruña.

 

La formación reglada: El gran reto a conseguir 

A excepción de la asignatura que se imparte en la Universidad de Sevilla, la mayoría de centros universitarios se centran en acoger jornadas y ofrecer cursos y formaciones no regladas. El gran reto es conseguir que todo ese aprendizaje se base en titulaciones y en asignaturas oficiales.

Con esto se consiguen dos objetivos que resultan imprescindibles y prioritarios:

  1. Asegurar y controlar la calidad de la formación que se imparte sobre economía circular.
  2. Buena reputación de este tipo de formación frente a la comunidad científica y económica.

 

¿Cómo garantizar la calidad técnica en un ámbito tan reciente y en gestación?

Lo fundamental es acudir a las fuentes. Es verdad que la Economía Circular se ha popularizado en los últimos 5 años, pero es un concepto que ya existe desde hace varias décadas, aunque no se denominara así.  Uno de sus padres es Walter Stahel, arquitecto suizo que en la década de 1970 publicó un informe titulado “El potencial para sustituir la energía por la mano de obra” que cuestionaba el modelo lineal que llevaría a destruir el planeta y apostaba por el ingenio para reparar productos en vez de crear otros nuevos.

Desde entonces se ha trabajado para alcanzar esa meta denominada Economía Circular, que se ha valido de herramientas como el Biomimicry, la ciencia que busca emular a la naturaleza con el fin de encontrar soluciones prácticas a las necesidades del mundo; y de otras más conocidas como el C2C® (Cradle to Cradle®), una visión transversal que mira la salud y potencial recirculación de los materiales, la utilización de los recursos en el proceso productivo y el respeto a las personas.

 

 

 

 

Construcción y economía circular. Un ineludible tándem de futuro

En los que conocemos como países desarrollados se calcula que entre un tercio y la mitad de los residuos sólidos provienen de la construcción y de la demolición de edificios y casas. Ello implica la pérdida de gran parte de minerales, metales y materiales orgánicos. Es en este sentido que construcción y economía circular deben ir de la mano para conseguir un mundo más sostenible y saludable.

Construcción y economía circular versus construcción tradicional

La construcción tradicional, basada en el modelo de la economía lineal (producir, usar y tirar) consume gran cantidad de energía, recursos naturales ilimitados y genera una cantidad de residuos muy preocupante para el medio ambiente. Es por ello que es importante, y también urgente, que las constructoras empiecen a trabajar teniendo en cuenta los principios de la economía circular.

El modelo actual basado en el modelo lineal recursos – producto – residuos debe pasar a convertirse en uno circular de recursos – productos – nutrientes / ciclaje / reciclaje. Es decir, las obras se deben realizar teniendo en cuenta que todos los materiales posibles que forman el edificio pueden volver a la naturaleza en forma de nutriente.

Construcción y economía circular. El cambio

Según estudios realizados por el Foro Económico Mundial, con la adopción de la economía circular por parte del sector de la construcción se puede lograr un cambio verdaderamente transformador. El citado estudio señala que mediante el aprovechamiento de la capacidad del sector de la construcción muchos países podrían reducir las tasas de emisión de forma muy considerable. El ahorro energético que se podría conseguir es de más del 30%.

Como hemos visto en otros artículos de este blog ya son varios los países que van a empezar a aplicar en breve medidas relacionadas con la economía circular en el ámbito de la construcción. Reino Unido, por ejemplo, se ha fijado para el año 2025 el objetivo de reducir un 50% el nivel actual de emisiones de gases de efecto invernadero en la construcción en general.

La economía circular reduce el desempleo y mejora la actividad económica

La economía circular es una herramienta estratégica de gran valor que incide directamente en el objetivo de reconducir el actual modelo económico a uno responsable e inteligente con diferencias notables respecto el actual. Una de las ventajas es que la economía circular reduce el desempleo y, como ya se ha apuntado, incide muy positivamente en la mejora de la actividad económica.

Cómo la economía circular reduce el desempleo

Las ventajas del crecimiento económicas de la economía circular son diversas y muy destacables como crecimiento económico, creación de valor, ahorros netos en costes de materias primas y creación de empleo.

Por una parte, los nuevos modelos de producción, que se caracterizan por el uso de tecnologías avanzadas, requieren empleos que requieren de una alta especialización. Desde el punto de vista de la adopción de la economía circular puede contribuir al fomento del empleo tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo.

Además de la vertiente más tecnológica, si hablamos de economía circular y empleo también debemos tener en cuenta el factor local. Y en este caso también entran en juego trabajos que no requieren una especialización tan alta como los relacionados con la tecnología. En este sentido es una importante apuesta para aquellas economías menos desarrollada sen las que el desempleo y el empleo precario juegan un papel importante.

Estudios sobre cómo la economía circular reduce el empleo

Se han llevado a cabo diferentes estudios que comparativos relativos a los efectos del empleo en la transición a la economía circular. Estos estudios, detrás de los cuales se encuentran entidades como la Ellen McArthur Foundation, el Departamento de Comercio y Oportunidad Comercial de Illinois de Estados Unidos o la red europea RREUSE, confirman los efectos positivos que la economía circular puede tener en la creación de empleo. Estos efectos positivos tienen que ver con factores como el aumento del gasto, que tiene que ver con la reducción de los precios en diferentes sectores por el aumento del empleo en el reciclaje y la apuesta por la recuperación y la reutilización.

Ellen MacArthur: La impulsora de la economía circular

La economía circular va escalando posiciones entre los sectores económicos a nivel mundial. Cada vez tiene más aceptación y son más las empresas que quieren sumarse al reciclaje de residuos y la reutilización para conseguir ahorrar dinero y crear empleo al mismo tiempo. Pero, ¿Quién impulsó este paradigma económico? Fue una mujer deportista de élite, Ellen MacArthur.

La propuesta de MacArthur se basa en maximizar el valor de los materiales utilizados, creó la fundación que lleva su nombre en el año 2010 y ya ha firmado acuerdos con grandes multinacionales como Google o Danone. El gigante de internet trabaja para integrar los principios de la economía circular en su infraestructura. Por su parte, la compañía de alimentación colaborará para rediseñar el futuro de los plásticos tras su proceso de envasado. La idea es utilizar materiales sostenibles y que tengan una segunda vida útil.

Otros socios globales de la Fundación Ellen MacArthur son empresas como H&M, Nike, Philips o Renault Lo más importante para MacArthur es que la economía circular pueda aplicarse en el mundo real y se camine hacia una verdadera transición.

La Fundación Ellen MacArthur y sus propuestas

Al margen del trabajo de divulgación que pretende MacArthur para que el cambio de paradigma sea una realidad cuanto antes (ya ha contactado con grupos de lobbies en Bruselas para que su método llegue a la Eurocámara) son varios los proyectos que tienen entre manos desde su fundación. Destaca uno a nivel educativo, cuyo objetivo es acercar la economía circular al ámbito de la educación y potenciar la enseñanza online.

El personaje: MacArthur, un nombre propio

Ellen MacArthur nació en el Reino Unido en 1976 y es una apasionada del mar desde bien pequeña. A los 18 años recorrió la costa del Reino Unido en su propio velero y en 2001 consiguió la fama mundial al quedar en segundo lugar en la regata VENDÉE GLOBE, en la que navegó alrededor del mundo sin escalas. Era la única mujer de la competición y también se llevó el récord de ser la fémina que más rápido había dado la vuelta al planeta.

La propia MacArthur ha explicado en varias ocasiones que pasar tanto tiempo sola en el barco le hizo pensar, también el hecho de tener que racionar todo cuanto tenía en el velero. Esos alimentos eran los que tenía y se podían acabar en cualquier momento. Ahí se dio cuenta de la importancia de cambiar el actual modelo de economía lineal. Señala que “la economía global depende de materiales finitos que se consumen y desaparecen”.

Tras esta experiencia, MacArthur se interesó por el mundo de la economía y se entrevistó con varios expertos. Llegó a la conclusión de que el tejido empresarial funciona bajo el lema de “usar y tirar”, algo que no tiene futuro porque los recursos son finitos. MacArthur propuso entonces un modelo en el que los materiales se reintegren en el proceso económico de forma circular, y por lo tanto infinita. Para ello es necesario reciclar, reutilizar y aprovechar al máximo todos los recursos.

Desde que puso en marcha su fundación en el año 2010, trabaja para conseguir que el cambio de paradigma económico sea una realidad cuanto antes.

Residuos tóxicos: El gran obstáculo de la economía circular

La alta toxicidad de algunos de los residuos que se generan en todo el planeta es una de las grandes problemáticas a las que se enfrenta la economía circular, que entre sus objetivos se marca la transformación de esos residuos en energía para evitar los vertidos y también generar ahorro de recursos energéticos.

Instituciones, organismos oficiales y empresas coinciden en afirmar que lo principal es prevenir/evitar esos residuos, en primer lugar. El resto de medidas que se tomen ya deben ser a posteriori, cuando el problema ya es real y tangible. Por lo tanto, se deberían invertir todos los recursos necesarios en evitar la generación de residuos tóxicos.

Para ello es muy importante el empujón recibido desde Europa, ya que el Consejo de medio ambiente de la UE ha pedido que se tomen medidas más restrictivas en lo que se refiere a las sustancias peligrosas. Un documento sobre productos químicos y residuos tóxicos publicado en junio de este mismo año en el que se advierte de la peligrosidad, ya no solo para la salud de las personas, si no también por el daño que pueden producir a nivel medio ambiental.

Según la Comisión Europea es imprescindible “crear conciencia” sobre la importancia y lo necesario que es actuar frente a los residuos tóxicos. Por eso ha emitido una serie de conclusiones con los retos a alcanzar en los próximos años. ¿Cuáles son esos retos?

  • La economía circular debe ser capaz de reutilizar los materiales reciclados para controlar sus efectos nocivos en la salud y el medio ambiente.
  • Exigir un control para un reciclaje seguro y de calidad.
  • El sector de la fabricación de productos químicos es una de las principales industrias a nivel mundial. Así que debe apostarse por una gestión racional del uso de productos químicos. ¿Cómo?
    • Concretar las sustancias que deben eliminarse o minimizar su uso.
    • Identificar los residuos que contienen químicos heredados para que se reciclen de forma segura y eficaz.
  • Desarrollo de alternativas a los químicos más sostenibles.
  • Eliminar las barreras actuales que impiden que en muchos casos se produzca un reciclado de los productos tóxicos.

En los últimos años muchas instituciones han intentado solucionar la problemática actual que generan los residuos tóxicos, tanto a nivel nacional como internacional. Desde el blog Terraqui, que trata cuestiones de derecho ambiental, explican las cumbres y conferencias en las que se ha tratado esta cuestión tan importante para el buen crecimiento de la economía circular.

Ciudades circulares: la creación de un mapa global

Ámsterdam es, hoy por hoy, un referente mundial en economía circular gracias a iniciativas de aprovechamiento de residuos y otros programas respetuosos con el medio ambiente. Existen otras ciudades punteras que apuestan por el zerowaste, el reciclaje o el aprovechamiento del agua como Londres, París, Milán o San Francisco. Aun así, sigue siendo necesario situar todos estos puntos en un mapa global que permita realizar un análisis en profundidad de todos aquellos lugares que apuestan por este paradigma económico.

De la economía lineal a la circular

Recordemos que el objetivo de la economía circular es que los componentes, productos y recursos mantengan su valor y utilidad en todo su proceso. La gestión de los residuos es tan solo una pequeña parte de las diferentes iniciativas que engloba esta nueva forma de hacer economía basada en el respeto al medio ambiente y teniendo en cuenta que los recursos son finitos.

Por eso, a principios de año tuvo lugar un “mapeo” de la economía circular que se realizó de forma simultánea en diferentes países. En total, participaron 67 ciudades entre las que destacan núcleos urbanos tan importantes como Nueva York, Buenos Aires, Río de Janeiro o Madrid.

El Circular Economy Club (CEC) de Londres fue el encargado de organizar este evento que ha servido para reunir a empresas, diseñadores y otros profesionales que forman parte del proceso económico para rediseñar los procesos. En total se reunieron 2.600 expertos de la mano de la alicantina, Anna Tarí, fundadora del CEC. El objetivo final era conseguir información sobre la forma de actuar que tiene cada país a la hora de implementar y de apostar por la economía circular.

Ciudades punteras en el mapa de la economía circular

La capital de los Países Bajos se sitúa a la cabeza del mapa de ciudades que están cambiando sus procesos económicos. También llevan la delantera una serie de lugares, todos situados en países desarrollados:

  • Ha puesto en marcha su iniciativa “Circular London” que de aquí a 2036 pretende crear un gran número de puestos de trabajo y adaptar la ciudad a la creciente presión demográfica.

 

 

 

  • San Francisco. “Zero waste” es una iniciativa en la que se trabaja desde hace años en la ciudad californiana para conseguir que en el año 2020 no se generen residuos.

En España también se han desarrollado iniciativas para avanzar en economía circular y situarse en el llamado “mapa” de ciudades que apuestan por este paradigma económico. De hecho el Gobierno ha elaborado informes sobre la situación actual en nuestro país.

 

 

 

 

 

Economía circular: Nuevas normas que situarán a la UE a la cabeza mundial de la gestión de residuos y el reciclado

Los Estados miembros de la Unión Europea aprobaron el 22 de mayo una serie de ambiciosas medidas con la finalidad de ajustar la legislación de residuos de la UE a los retos que se contemplan para futuro, como parte de la política general de la UE relativa a la economía circular.

Las nuevas normas, basadas en las propuestas de la Comisión que forman parte del paquete de la economía circular presentado en diciembre de 2015, contribuirán a evitar los residuos y, cuando ello no sea posible, intensificarán de forma notable el reciclado de los residuos municipales y de envases. También suprimirán gradualmente el vertido de residuos y fomentarán el uso de instrumentos económicos, como los regímenes de responsabilidad ampliada del productor. La nueva legislación refuerza la «jerarquía de residuos», es decir, exige a los Estados miembros que adopten medidas específicas para dar prioridad a la prevención, reutilización y reciclado por delante del depósito en vertedero y la incineración, logrando de este modo que la economía circular sea una realidad.

La Comisión ya había presentado en 2014 propuestas para establecer nuevas normas de residuos, que fueron retiradas y sustituidas por unas propuestas mejor diseñadas, más circulares y más ambiciosas en diciembre de 2015, como parte de la agenda de la economía circular de la Comisión Juncker. Dichas propuestas se adoptaron entonces y ahora forman parte del código normativo de la UE.

Las nuevas normas que se han adoptado representan la legislación en materia de residuos más avanzada del mundo: la UE está dando ejemplo para que los demás la sigan.

Datos de las nuevas normas de la UE en materia de residuos:

Objetivos de reciclado para los residuos municipales:

Antes de 2025 Antes de 2030 Antes de 2035
55 % 60 % 65 %

Además, unas normas más estrictas para el cálculo de los índices de reciclado ayudarán a mejorar el seguimiento del progreso real hacia la economía circular.

Nuevos objetivos de reciclado para los residuos de envases:

Antes de 2025 Antes de 2030
Todos los envases 65 % 70 %
Plástico 50 % 55 %
Madera 25 % 30 %
Metales ferrosos 70 % 80 %
Aluminio 50 % 60 %
Vidrio 70 % 75 %
Papel y cartón 75 % 85 %

Recogida selectiva

Partiendo de la obligación de recogida selectiva que se aplica al papel y cartón, vidrio, metales y plásticos, las nuevas normas de recogida selectiva impulsarán la calidad de las materias primas secundarias y su aceptación: los residuos domésticos peligrosos serán recogidos de forma selectiva a partir de 2022, los residuos biológicos en 2023 y los textiles en 2025.

Supresión gradual de los vertederos

El depósito de los residuos en vertederos no tiene sentido en una economía circular, ya que puede contaminar las aguas, el suelo y el aire. De aquí a 2035 la cantidad de residuos municipales depositados en vertederos tendrá que reducirse hasta el 10 % o menos de la cantidad total de residuos domésticos municipales generados.

Incentivos

La nueva legislación prevé un mayor uso de instrumentos económicos eficaces y otras medidas en apoyo de la jerarquía de residuos. Los productores desempeñan un papel importante en esta transición, puesto que se les hace responsables de sus productos cuando éstos se convierten en residuos. Las nuevas exigencias para los regímenes de responsabilidad ampliada del productor tendrán como resultado la mejora de sus prestaciones y gobernanza. Por otra parte, antes de 2024 han de establecerse regímenes obligatorios de responsabilidad ampliada del productor para todos los envases.

Prevención

La nueva legislación hará un especial hincapié en evitar los residuos e introducirá objetivos importantes para prevenir el desperdicio de alimentos en la UE y detener el vertido de basuras al mar, para contribuir a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas en estos ámbitos.

Próximas etapas

Las nuevas normas entrarán en vigor a los veinte días de su publicación en el Diario Oficial de la UE.

Antecedentes

Como parte del Plan de Acción de la Economía Circular, la Comisión Europea aprobó el 2 de diciembre de 2015 un paquete de propuestas legislativas en materia de residuosEl 18 de diciembre de 2017 los colegisladores llegaron a un acuerdo provisional acerca de las cuatro propuestas legislativas de la Comisión. El Parlamento Europeo aprobó el acuerdo en su pleno de abril de 2018.

En estos últimos veinte años muchos Estados miembros han ido mejorando su gestión de los residuos, en consonancia con la jerarquía de residuos de la UE. En 1995, una media del 64 % de los residuos municipales se arrojaba a vertederos en la UE. En el 2000, dicha media se había reducido al 55 %, aunque el índice medio de reciclado se mantenía en el 25 %. En 2016, los residuos domésticos que acababan en vertederos se había reducido al 24 % en el conjunto de la UE y el reciclado había aumentado hasta el 46 %. Con todo, persisten los problemas y las grandes diferencias entre los países de la UE. En 2016, diez Estados miembros todavía eliminaban en vertederos más del 50 % de sus residuos domésticos y seis de ellos incineraban el 40 % o más.

Ecoefectividad: sistemas de construcción sin residuos

La ecoefectividad implica la voluntad de cambiar el modelo de pensamiento y manera de hacer actual para ir un paso más allá. Requiere hacer más con menos y hacer las cosas bien. El término ecoefectividad parte del concepto de la cuna a la cuna (Cradle to Cradle®), que redefine la manera de construir hasta el momento incorporando el principio de residuo igual a nutriente.

Recorrido de la construcción hasta llegar a la ecoefectividad

El modelo de producción y construcción todavía vigente en la actualidad surge a partir de la Revolución Industrial que tuvo lugar. En ese momento, en el siglo XIX, no se pensaba en que los recursos de la tierra eran finitos y, por tanto, se explotaban de manera totalmente libre. Este desarrollo industrial, que aparentemente permitió mejorar la calidad de vida de mucho hombres y mujeres, dejó, y sigue dejando, una huella ecológica inmensa.

Fue en los años 70 cuando la consciencia ecológica, también llamada verde, empezó a aparecer poco a poco en escena. La voluntad era clara: poner freno a las atrocidades cometidas hasta el momento y pensar nuevos sistemas menos agresivos con el entorno. Se dieron cuenta de que el mundo no era capaz de soportar el ritmo de deterioro ambiental al que se le estaba sometiendo.

Cradle to Cradle

Es en este contexto en el que diferentes autores empiezan a hablar de la construcción “de la cuna a la cuna” o Cradle to Cradle®. Este sistema propone una construcción basada en la eliminación de desecho. Con esta filosofía, el desecho pasa a ser entendido como alimento para algo nuevo. 

Cuando se piensa en arquitectura Cradle to Cradle® las decisiones no se basan únicamente en los residuos. También se tienen en cuenta factores como la elección de materiales; el aprovechamiento de la luz natural; la relación con el entorno; la gestión del agua; etc. Todo ello siempre de manera responsable y consciente.

  • Materiales: se intenta que sean de bajo impacto ambiental, renovables y que se adapten a las condiciones climáticas de la edificación.
  • Agua: se intenta enfatizar la recolecta del agua de lluvia y también es primordial el tratamiento de aguas residuales.
  • Energía: se trata de apostar por energías renovables. La más común la solar, que es ilimitada y gratuita. Además, nos permite luchar contra el agotamiento de los recursos naturales.
  • Residuos: son una parte muy importante de la preocupación del Cradle to Cradle. La idea es sobrepasar el tema del reciclaje, que consume energía. También aumenta la huella de carbono del producto y, generalmente, convierte el producto en uno de calidad y uso menor.

Para ello, es imprescindible estudiar y entender la naturaleza. Además, eliminar el concepto de desecho y crear procesos sistemáticos que contribuyan a una mayor efectividad.

 

Leyenda: 

Cradle to Cradle® and C2C® are registered marks of MBDC,LLC

Cradle to Cradle Certified™ is a certification mark exclusively licensed by the Cradle to Cradle Products Innovation Institute

Motivos económicos para la transición a una economía circular

El modelo económico actual, basado en “tomar, hacer y desechar” se caracteriza por utilizar grandes cantidades de materias y energía baratas y de fácil acceso. Sin lugar a duda, ha sido fundamental para el desarrollo industrial. Sin embargo, la volatilidad de los precios y los riesgos de la cadena de suministro, ha llegado a plantear el peligro de esta economía lineal. Para muchos, ha llegado el momento de aprovechar las ventajas que ofrece la economía circular.

Este modelo económico quiere desvincularse del actual desarrollo económico donde prevalece el consumo de recursos finitos. La economía circular genera crecimiento, crear empleo y reducir los efectos medioambientales.

Motores de cambio para el nuevo modelo de economía circular

El modelo de economía global actual se caracteriza por fabricar productos, que se venden, se utilizan y se desechan como residuos. Este sistema basado en el consumo en lugar de en la reutilización de los recursos conduce a pérdidas en la cadena de valor. Por este motivo, trabajar hacia la eficiencia de los recursos y los procesos de producción y fabricación es parte de la solución.

Cada vez más el modelo lineal está más cuestionado. A continuación, varios factores nos dan luz a la necesidad de iniciar un cambio profundo del sistema operativo de nuestra economía.

1. Pérdidas económicas y residuos estructurales

La economía actual genera una gran cantidad de residuos. En Europa, sólo se reciclan el 5% de materias y de la recuperación de energía basada en residuos. Muchos sectores tienen considerables residuos estructurales como, por ejemplo, el coche. De media se pasa el 92% del tiempo aparcado. Otro sector es el alimentario; el 31% de los alimentos se desechan a lo largo de la cadena de valor.

2. Riesgos de precios

El sistema lineal aumenta la exposición a los riesgos, debido a la volatilidad de los precios de los recursos. Este hecho puede lastrar el crecimiento económico por la incertidumbre, desalentando la inversión de las empresas.

3. Riesgos de suministro

Los depósitos naturales de recursos no son infinitos. Tampoco se encuentran en todos los países, llevando a la dependencia de las importaciones. La Unión Europea es un ejemplo de ello. Importa seis veces más materias y recursos naturales de los que exporta, suponiendo un riesgo para la seguridad del suministro.

4. Deterioro de los sistemas naturales

Las consecuencias medioambientales negativas relacionadas con este modelo lineal es un desafío continuo hacia la creación de una riqueza a largo plazo. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación de los océanos está acelerando este proceso.

5. Evolución de la normativa

Actualmente las empresas están realizando un mayor esfuerzo para el cumplimento de las nuevas normativas medioambientales. El número de leyes sobre cambio climático ha tenido un incremento del 66%: mediciones de carbono en más de 20 ciudades o la aplicación de impuestos a los vertidos de residuos, son algunos ejemplos. En este entorno, las voces se alzan cada vez más en el camino hacia una nueva economía. El modelo circular de crecimiento se desvincula del consumo de los recursos finitos, ofreciendo sistemas económicos fuertes donde juegan un papel importante los factores tecnológicos y sociales.

6. Avances en tecnología

La tecnología puede crear oportunidades para la sociedad. Internet permite la creación de enfoques empresariales de economía circular que antes parecían imposibles. Prima la colaboración y el intercambio de conocimiento, un mejor seguimiento de las materias y de una logística inversa.

7. Modelos de negocio alternativos

La economía circular desarrolla modelos de transacción diferentes. Las personas acceden a servicios en lugar de poseer los productos que ofrecen, convirtiéndose así en usuarios.

8. Urbanización

Para el 2050 la población mundial aumentará en 2.500 millones de personas, de forma que el porcentaje de la población residente en ciudades sea del 66%. Con este aumento, los costes de muchos servicios compartidos y de los ciclos invertidos, como la recogida y el tratamiento de materias, se beneficiarán.

El inmovilismo de esta economía lineal está cada vez más fracturado. Surgen poderosas tendencias disruptivas que determinarán la economía en los próximos años.

¿Qué es la economía circular?

Según la Fundación Ellen MacArthur, que se creó en el año 2010 con la misión de acelerar la transición a la economía circular, este paradigma económico se define como reparador y generativo. La economía circular pretende conseguir que los componentes, productos y recursos mantengan su valor y utilidad en todo su proceso.

Sus creadores, según la misma fuente, imaginaron la economía circular como un ciclo continuo de desarrollo positivo que no sólo conserva, sino que mejora, el capital natural y optimiza el uso de los recursos a la vez que minimiza los riesgos del sistema porque garantiza una cantidad finita de existencias y unos flujos renovables.

Principios de la economía circular

La economía circular proporciona multitud de mecanismos de creación de valor no vinculados al consumo de recursos finitos. La economía circular tiene ciclos técnicos y biológicos diferenciados. Y es gracias a estos que los recursos se regeneran. En el ciclo biológico son distintos los procesos que permiten regenerar los materiales descartados. En plano técnico es la intervención humana la encargada de recuperar los distintos recursos y recrear el orden.

Los tres principios clave en los que se basa la economía circular son los siguientes:

1. Preservar y mejorar el capital natural

Este principio se basa en la necesidad de controlar las existencias finitas y equilibrar los flujos de recursos renovables. Para ello es esencial la rotación de materiales, componentes y productos con la máxima utilidad en cada momento.

El inicio es siempre la desmaterialización de la utilidad. Es decir, se le proporciona una utilidad de forma virtual siempre que sea posible. Y, de esta manera, cuando se necesitan recursos el sistema circular los selecciona sabiamente y, siempre que sea posible, aplica los procesos y tecnologías que usen recursos renovables o tengan mejores resultados. Además, en una economía de este tipo, mejora el capital natural porque se potencia el flujo de nutrientes del sistema y se crean condiciones que, por ejemplo, permitan la regeneración del suelo.

2. Optimizar el uso de recursos

Es imprescindible rotar los productos, componentes y materiales con la máxima utilidad en cada momento. Es decir, fabricar de manera que pueda repetirse el proceso de fabricación, reciclaje y restauración para que los materiales y componentes recirculen y sigan contribuyendo a la economía.

Los sistemas circulares maximizan el uso de materiales que tienen una base biológica al final de su vida útil. Es decir, los materiales de los que se pueden extraer elementos bioquímicos y hacer que pasen en cascada a otras aplicaciones diferentes y cada vez más básicas.

3. Fomentar la eficacia del sistema

Otro de los principios de la economía circular que no se puede perder nunca de vista es la eliminación de externalidades negativas. Esto implica la reducción de daños al uso humano como los provenientes de la alimentación, la vivienda, la movilidad, la salud, la educación, etc. Y también gestionar factores externos como, por ejemplo, el cambio climático y la contaminación de las aguas.

El diagrama sistema de la fundación Ellen MacArthur que hay a continuación muestra el flujo continuo de materiales técnicos y biológicos: